Faja Pelay. Foto: ^_Pepe_^ |
4-AGO
Nos levantamos temprano, con el fin de ir a Panticosa y los lagos. El camino en coche, no era demasiado largo. Alrededor de una hora, y nos plantamos en la estación. Pillamos un teleférico de ida y vuelta, y en 15 min, estábamos a 2000 metros de altitud, con el fin de patear. Yo, la verdad, pensaba que la pateada no iba a ser dura, pero viendo cómo llegamos a la vuelta, sí realmente lo fué. Mucha pendiente, al inicio, que deja ya las piernas "de verano" para el resto del día. ´
Había gente, pero no demasiada. Lo suficiente para no sentirse solo y no demasiada para masificar. Sí había niños, bien equipados para patear.
Subimos a los primeros ibones, que iban pasando uno tras otro. Primero pequeños, y luego más grandes.
A eso de las 12:30, determinamos que ya era hora de sentarse en uno de ellos, a su orilla, para apretar unos indecentes bocadillos, que habíamos comprado por el camino, así como otros buenos trozos de embutido sabroso.
Memorable.
Más pateo por la tarde, incluyendo el pico de los asnos, brutalmente duro en la parte final. Al menos para nuestro nivel.
Broto. Foto: ^_Pepe_^ |
Genial día. No me lo esperaba yo tan bueno.
A la vuelta, volvimos y cenamos en una terraza de la carretera principal de Broto. Muy bueno todo. Comida casera y poco sofisticada, pero muy agradecida, sobre todo, con el hambre y cansancio que traíamos.
Al día siguiente, planificamos ir a Pineta. Ya es hora de intentar ese balcón con sus pendientes y desniveles.
Antes de ir a cama, preparamos bien todo. Agua, crema del sol, calcetines, etc...
5-AGO.
El día de Pineta. El valle de Pineta, está "al lado" de Broto, al lado es en línea recta, claro. Porque por carretera, hay que hacer un par de horas, de curvas y más curvas. Y dándole buena zapatilla al 308, que el tío se deja y saca brío de los 140 CV. En el Google Maps, podíamos ver como el Refugio de Góriz está realmente al lado de Pineta. Al lado, a unos centenares de metros...
Llegamos a Pineta, con una buena amenaza de mal tiempo. Uf! La verdad es que el valle es simplemente precioso. No existen muchos lugares en el mundo, que podamos ver una naturaleza tan exhuberante. ¡Y aquí, al lado de casa! Todo un lujo para los que amamos las montañas. ¡Es realmente algo que hay que ver antes de morir!
Un inmenso circo glacial con todo tipo de marcas del paso del tiempo. Montañas enormes, comidas por el paso del hielo, ríos furiosos, marcas de torrenteras, pero hoy...hoy..., muy mala cara en el tiempo. Muy mala cara.
Panticosa. Foto: Pili |
Ya abajo, decidimos hacer otro recorrido de menos altura. Las cascadas de Larri, que resultaron muy vistosas, sobre todo con el mal día que hacía. Realmente chulas. Tomamos un café reparador en el bar de la pradera donde se deja el coche, y pusimos rumbo a...
Panticosa. Foto: ^_Pepe_^ |
La carretera, estrechísima, se hace de un solo sentido en verano, para evitar líos. Mucho mejor. El camino de vuelta, nos cogió en el sentido bueno, y finalmente, a muy bajo ritmo, llegamos a Broto de vuelta, en donde nos apretamos una pizza en "La Tea" de nuevo. Muy rica.
Collado de los asnos. Foto: ^_Pepe_^ |
6-AGO
Al día siguiente, volvimos para casa. Parte porque las previsiones no mejoraban hasta dentro de 3 días, en parte porque ya teníamos ganas de ver a nuestros peques. Así que camino a Madrid y luego a Galicia. ¡Corran los kilómetros!
El resultado de estos 6 fantásticos días, no puede ser más maravilloso. Imponentes paisajes, escenarios idílicos, miles de fotos de todo tipo, tiempo cambiante, pateadas memorables, y grandes experiencias vividas. En el fondo, eso es lo que significa vacaciones. Algo realmente lejos de las vacaciones convencionales, de playa y tumbona. ¡Esta vez, me tocó disfrutar a mi! ¡¡¡Viva la montaña!!!
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