De todos es sabido que soy pastafari. No lo he ocultado jamás, y lo llevo con cierto orgullo, por casi donde quiera que voy.
Y no es fácil a veces, porque la incomprensión hacia las religiones pequeñas y minoritarias es a veces, un muro de intolerancia que nos cuesta gestionar de alguna manera.
El otro día, estaba dándole unas vueltas a mis cuentas con Kiva, (que por cierto, van viento en popa, con más de 7000$ en préstamos con una morosidad menor del 1.25%) y me dió por dedicarle un minuto a ver cómo iban las cuentas del equipo del FSM por Kiva, pues yo sabía que iba bien, pero los cristianos (sí, esos, los otros...iban por delante)
Pero ya no.
Y mola. Mola mucho

Definitivamente, si hay un lobby gay en el Vaticano, debemos pensar en montar un lobby pastafari en la casa blanca.
¿Voluntarios?
Y sobre todo, recordad a quien podáis que correlación no implica causalidad.
Cuando lo hayáis dicho, preguntad si alguien quiere apadrinar a un pirata fantasma.
Acto seguido os dirán que estáis locos.
Pero -as Sheldon said- I'm not insane. My mom made some tests...
No hay comentarios:
Publicar un comentario