Ser...salvo tres supuestos, claro:
1. Si la iglesia se pone a legislar
2. Si la iglesia no se financia sola
3. Si la iglesia se mezcla con lo mío
Huy, creo que esto hay que explicarlo...
Vaya por delante que soy ferviente creyente de que la renovación que está sufriendo la iglesia católica desde el nombramiento del nuevo Papa, es buena, va en la buena dirección y, si Francisco (diosnoloquiera) no se cae por unas escaleras y se clava 122 veces un cuchillo fortuitamente, es probable que veamos cambios apreciables en poco tiempo.
Pero debo explicar los tres supuestos.
1. Si los obispos se arriman al poder, a soplarle a la oreja del poder legislativo, qué es delito y qué no lo es...es muy probable que se confunda emponzoñosamente, el delito y el pecado. El aborto y el divorcio, son pecados mortales (como la lujuria, cosa inexplicable). Pero no son delitos en una sociedad avanzada del siglo XXI. En España hace 30 años, o en Irlanda hoy, decir divorcio, era y es sinónimo de echarse la mano a la boca escandalizado. Pero las sociedades avanzan y los obispos --como todo el mundo sabe-- no. Por eso, la ley de dios y la ley de los hombres, deben seguir caminos separados, siempre. Eso nos diferenciará de Somalia, Gabón, Afghanistán o los Emiratos Árabes.
2. Este es un tema que me fascina, porque siempre me sucede que, cuando comento estos temas con personas más o menos conminentes con las normas de la jerarquía, confluyen en "la casilla".
La casilla.
La famosa casilla...que no supone nada relevante entre los ~8.000 - ~11.000 millones de euros, que --negras cuentas, vaya por delante-- la iglesia recibe del estado anualmente.

Además, Cáritas aunque es buena en lo que hace, no es especialmente eficiente.

Mal. Muy mal. La legión es el ejército nacional, y defiende a todos. Lo castrense y lo católico debe disgregarse urgentemente. Máxime (bemoles tiene, oiga) cuando la legión tiene un relevante número de musulmanes (magrebíes y subsaharianos) en sus filas, como cualquier documentado sabe.
Por tanto, y concluyo. La que se nos viene encima (algunos partidos mayoritarios empiezan a juntar denuncia y concordato) es algo que irá a débito de la conciencia social de España. No a crédito.
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