Entrevistaban a un experto, que no puedo recordar, ni volver a encontrar después de bucear 10 minutos por la insoportable web de http://www.cuatro.com/. Hablaba que la mayor revolución en los próximos 10 años, es la nanotecnología personal.
Es claro que dentro de 15 años sí lo recordaría, porque hubiera pensado en que debía recordarlo...
- Laboratorios. No parece complicado pensar en máquinas de tamaño comparable a las células de la sangre, que “vigilen” a lo largo del torrente sanguíneo nuestros niveles analíticos y nos lo pongan en nuestro iGoogle de turno. Uf! Para los que tenemos pánico a las agujas, es un gran avance, pero para diabéticos, hipertensos y otros colectivos, puede ser un cambio radical en sus vidas. No creo que tardemos mucho más en que esas máquinas también sean capaces de detectar mutaciones en las células. ¿Y por qué no un vigilante 7x24 de nuestro corazón? ¿Y porqué no un incansable detector de ictus? Creo que por aquí nos espera una auténtica revolución.
- Por supuesto, no es difícil imaginar un post-it implantado, movido por la actividad cerebral. Recordemos que el futuro está en el tamaño, no la interacción. Los periféricos movidos por la actividad cerebral, no son parte del futuro, sino del presente, como podemos ver aquí o aquí, pero sobre todo, aquí. Para la gente con memoria de grillo a corto plazo, sería un giro radical en sus vidas, donde sería imposible olvidar ir a buscar los niños al cole, comprar leche o montar en bici.
- Otro gran uso que se me ocurre a medio plazo, es el MP3 integrado. No estaría mal, “pensar” en una canción, y pasar a oírla directamente desde el http://www.spotify.com/ de turno. Y ¿por qué no con vídeo?
- La geolocalización, que es ya una realidad hoy en día, puede combinarse con la nanotecnología de una manera muy agradable. ¡Qué mejor que tu personal-assistant te avise que tu mejor amigo está también casualmente, en ese abarrotado centro comercial y podéis tomar un café juntos.
- GPS. Mmmmm…¿alguien imagina un GPS integrado con control mental? ¿Saber llegar a cualquier parte siempre, andando, en bici, en coche o en camello? Pasar por delante de un edificio, parar, observarlo, pensar…¿quién habrá vivido aquí? Y que el resultado de la búsqueda sea que allí nació Belén Esteban, y empiece la realidad aumentada. ¡¡OMG!! Mejor otro ejemplo…
- Wikipedia. Existen varios tipos de personas. Las normales, los psicópatas, los jubilados, los políticos y los curiosos insaciables. Esos que no pueden esperar más de 3 minutos para saber la respuesta a una pregunta que les ha asaltado el cerebro. ¡Oh! ¡Qué paz debe dar conocer la respuesta inmediatamente! Aunque luego el cerebro de mosquito se encargue de olvidarnos de ello.
- Comportamiento. Imaginemos un caso. Nuestro querido retoño de 3 años, está más pesado que una mosca, por las razones que sean, y se tira al suelo a patalear, en lugar de ponerse el pijama, que es lo que hemos dicho. ¿Qué tal si algo del tamaño de una lenteja, nos “dice” que el grito que le acabamos de dar no es una buena idea y que probablemente estemos perdiendo el control, y es mejor salir de la habitación a respirar? Mmmmm…suena bien ¿eh?
- Enseñanza. Obviamente, ya no podremos discriminar a los alumnos buenos de los malos por su capacidad de retentiva de fechas célebres o listas de reyes (Godos o no). Habrá que re-escalar los baremos de la enseñanza.
Quizá no estamos tan lejos:
http://www.technologyreview.com/computing/18189/?a=f