Por avatares del destino, me encontré comiendo en este restaurante, en mi Galicia natal, en donde pude disfrutar de una comida, absolutamente espectacular, no sólo por inesperada, sino en lo puramente técnico, rodeado, además, de un paisaje increíblemente relajante, y un ambiente sofisticado y natural, extremadamente orientado al placer de todos los sentidos.
Una vez más, un restaurante en Galicia, me toca lo más profundo del alma, desde los sentidos
Culler de Pau, es un restaurante muy especial. No tiene estrella Michelín, todavía pero estoy seguro, que, de seguir así, la tendrá muy pronto. Muy pronto. Un restaurante espectacular, para un día espectacular. No pude pedir más, en ese momento.
No podía pedir más. Alergia que provoca humedad en los ojos. ¡Ag!, qué incómodo.
Vamos a lo que nos toca, que es a lo que habíamos ido allí.
ENTRANTE
De entrante, nos pusieron un crujiente de arroz negro, con espuma de anchoas y taquitos de lomo de anchoa. Servidos sobre una piedra horadada. ¡Una delicia para los sentidos! Siempre hay que empezar con ganas de gustar, y aquí lo hicieron sin duda. No puedo ponerle una pega al plato, incluida la presentación.
SEGUNDO ENTRANTE
Un juguete de texturas diferentes. Gelatina de pepino, remolacha encurtida, queso de tetilla rallado...ufff, espectacular.
PRIMER PLATO

SEGUNDO PLATO
Espárragos blancos "do Ulla" en texturas, con flores de canónigo. Otro plato increíble. Una auténtica forma de acumular sensaciones en la boca. A veces se me mezclaba la posibilidad de que fuese una satisfacción por verme así de emocionado, físicamente emocionado ante una forma de arte tan sublime. Yo, estaba en levitación.
TERCER PLATO.
Rape, con cebollas y puerros con una Meuniere. Este plato se preparaba originalmente con una merluza, pero se les había terminado, y el rape, que a mi se me antojaba más correoso, parecía que no estaría a la altura de las circunstancias, pero me equivoqué absolutamente. Sí lo estaba. Doy fe que fue uno de los rapes más sabrosos que probé jamás en mi vida. ¡De lo más increíble que probé!, incluyendo cualquier tipo de restaurante de cualquier categoría. Mi impresión es que el 50% del mérito del plato es del cocinero y la otra mitad, del rape. Una obra de arte. Una obra de arte.
CUARTO PLATO.
Jarrete y tocino de porco celta con acelgas y vinagreta capuchina. Hablamos largo y tendido, el camarero y yo, sobre las mejoras del porco celta, sobre lo que se está consiguiendo hacer con la selección genética y alimentación, y me decía el camarero, que cosas muy cercanas ya al ibérico de bellota. ¡Habrá que estar muy atento! El plato era un canto a Galicia, directamente.
PRIMER POSTRE

SEGUNDO POSTRE.


En definitiva, un restaurante espectacular, con una cocina espectacular, con una orientación a servicio y al disfrute espectacular, que juega con los sentidos y las emociones, para quien lo quiera apreciar. Desde luego, como casi todos los restaurantes de este tipo en Galicia, muy baratos. Recuerden que hacen arte, y además de dar de comer al estómago, dan de comer al espíritu. Barato.