Cuando digo "calurosa", me refiero a que, a las 22 horas, no debíamos bajar mucho de los 35ºC en el centro de Madrid. Y eso no es bueno, para un tío del norte. Porque Nikkei 225, está en el centro de Madrid, sin duda. En plena Castellana.
Llegamos pronto, abren a las 21 horas, para cenar. Un restaurante elegante, muy elegante. Con gente guapa dentro, con mucho glamour, con tanto, que, hasta por un momento, nos empezamos a asustar si nos lo cobrarían aparte.
Al final, no fue para tanto, y pudimos salir mínimamente airosos, en la parte económica. Pero esa parte, dejó de ser relevante, cuando nos relajamos y nos pusimos a disfrutar, que era a lo que habíamos ido.
De entrante, nos pusieron un mejillón con gelatina de lemon grass, que estaba realmente delicioso. Muy parecido a un "ajillo" castellano, pero con muchísimos más matices y sabores.
Luego pedimos lo siguiente:
- Ceviche de corvina
- Tiraditos de pescado blanco
- Tiradito de gamba roja
- Niguiri de salmón
- Niguiri de vieiras
- Sushi de camaroncitos
- Maki de cangrejo en tempura
- Maki acevichado
Finalmente, cayeron dos postres, un helado de wasabi, y un polvo de tres chocolates que no estaba mal, más allá de una bonita presentación.
Nos fuimos sin café, y sin 55 euros cada uno en el bolsillo, pero con una experiencia nueva y muy placentera en el bolsillo. Otra de las opciones muy considerables en Madrid.
Nos ha gustado. Sí.