Bueno, el caso es que empecé el día muy temprano, a las 4:43 am, en el que poco después me puse con mi nueva máquina de step, que nunca había probado pero que realmente es algo que llega a hacerte sudar de verdad de la buena.

A eso de las 12 ya habíamos terminado el trabajo en el banco y estábamos listos para empezar a hacer un poco de turismo. Nuestro chófer esperado para hoy, nos falló estrepitosamente, y tuvimos que tirar de los chóferes de reserva.
Fascinante. Mola. Bogotá empieza a molar mucho en lo cultural (ahí incluyo lo gastronómico).
Y salimos del museo del oro, y seguimos la 7ª, que es peatonal, y llegamos al capitolio (el congreso de los diputados), y la catedral de bogotá, y un montón de espectaculares monumentos.
Tostón |
Bueno, después de comer, nos pusimos a caminar por la bulliciosa zona universitaria que nos llevó hasta la puerta del teleférico de Monserrate, en donde pudimos disfrutar de las increíbles vistas de la ciudad y de los souvenirs que allí se venden. Ah, y un tecito de coca para aliviar el mal de altura, 3.200 msnm. Otro sitio para volver con más tiempo, sin duda.
Para cenar, no pudimos resistirnos, y la verdad es que así no hay quien consiga quitarse este hastío estomacal de encima.
[Update 21:30] No me lo puedo creer. El demonio está en las puertas de los restaurantes. Al final dando un paseo, dando un paseo...acabamos en "La Mina" dentro del hotel Marriot, considerado hoy como 3º mejor restaurante de Bogotá por TripAdvisor. Sólo puedo decir, que está a años luz de cualquier cosa que hayamos probado por el momento. Ambiente, servicio, calidad de la carne, carta, excelencia. Todo estaba perfecto. Pedí entraña muy poco hecha, con verduritas salteadas y estaba todo excelente. Nos pusieron un aperitivo muy colombiano, un mini-tostón (plátano machacado y frito) con taquitos de zanahoria y morro. Es-pec-ta-cu-lar. De quitarse el sombrero. ¿Precio? Para Colombia carísimo, para España, un regalo, 30€ por cabeza.