Y bien. Dicho esto, mi step matutino con la sudada del siglo, mi trocito de piña y mi tintico de desayuno, y el Whatsappito de mi Don Alfonso (mi chófer) diciéndome que me deja más tirado que una colilla de Celtas Cortos.
Pillo un taxi en el hotel, y perfectamente hasta Teusaquillo. Segunda jornada de curro. Buenas conclusiones, reuniones "de mandar el mensaje a navegantes" muy por arriba. Bien, en general bien.
Un día agotador.
Al mediodía pasamos por "otro de nivel". El caso es que llovía y debimos ir al más cercano. Acabó siendo uno de una cadena de restaurantes locales, que se llama "Rico". Excelente experiencia. Camareros disfrazados, música en vivo, celebraciones. Todo esto, para un restaurante de comidas de diario en un suburbio de Bogotá.
Os preguntaréis si entré en el Rico con ánimo de comer nada o casi nada. La respuesta es intacto. El ánimo de no comer nada estaba intacto.

Un jugo de fresa con mora y fruta de la pasión; No pongo al gitano a no saltárselo porque el pobre ya no da más.
Luego más tajo y cuando ya no podía más...al hotel, bajo un diluvio. Todo el día lloviendo, y ayer también.
Habrá que meterle algo al desvalido montón de piel y huesos que llevo ¿eh?
Hale, sin pensarlo más, taxi y me planto en otro de los recomendados. Central Cevichería. Bueno, ¿por dónde empiezo? Por la parte de un servicio excelente, lleno de atenciones y de sugerencias?? Por una terraza acogedora que te hace sentir perfectamente (un poco de ruido excesivo, quizá). El caso es que nos empezamos con unas club colombia a las que ya estamos habituados; Es como la Mahou ahí. Tomé una dorada de entrada y una negra después. La hay roja también.
De primero, unas cosas para picar, ceviche de corvina con la salsa picante, y tiraditos de pescado a la capresse. Oh!, qué cosas. Tanto una como otra, eché de menos alguien con quién disfrutar de ésto. Dios santo de mi vida. ¡Elí, elí, lama sabactani!
Ea, siguiente plato, shavá. Ensalada de pulpo (yo debo ser gilipollas) y parrillada de 4 pescados. Ya parezco un poco tragaldabas, ¿eh? NO sé, igual tiene que ver con la morriña, no sé. En la parrillada, había salmón, mero y dos pescados más del Pacífico que no llegué a identificar. Todo muy rico, quizá un poco pasados de más, para mi gusto. El pulpo una putamierda, pero con el tartar de tomate orgánico se iba pasando para abajo.
Postre no, pero café cayó. Expreso 7/10.
Y claro, el camarero me vió cara de juerga, (capullo) me dijo que nada más cruzar la calle, tenía un bar de la BBC (Bogotá Beer Company...una empresa de microbrewing que merece un post aparte). Ya había tomado una de sus cervezas, pero ahora, me apreté una porter (dicen que ganó varios premios, pero yo me quedo con que estaba fabulosa). Y luego una IPA con 90 IBU's que me decepcionó un poco, pero tenía yo muchas esperanzas en ella.
Subí al nirvana, bajé, y tiré de móvil, saqué mi Uber, y me metí en el hotel. ¿Uber? Sí, Uber, en Colombia "Taxi Seguro" es equivalente a Uber. Lo escribiré en un post aparte, pero la experiencia ha sido mística, como del Opus. Supe quién venía, cuanto tardaba, cómo se acercaba el coche, cuánto me iba a costar, cuánto iba a tardar, me bajé cargando directamente en mi tarjeta. FlOOooOoooOow! No compraría yo una licencia de taxi hoy....no.
Escribo esto por piedad, porque sé que me lees. Porque lo que me pide el cuerpo es horizontalidad ya.