
Hicimos una parada a reponer un poco de fuerzas con un cafelito, muy rico, y luego otra parada a hacer combustible, que el Toyota tiene próstata.
Ea, llegamos al camping, éste, para más señas. Bueno. Tampoco espectacular, pero muy agradable en el check-in pues era tarde, y quedaba ya poca luz. Montamos en unas parcelas un poco complicadas de maniobrar (no había espacio), pero en 10 minutos, estábamos ya calentando agua para cocinar. La barbacoa nueva, sirve como tal, pero no como cocina. Le faltan vatios.

Al día siguiente, sin dudarlo, nos fuimos a los monasterios de Yuso (el de abajo), y Suso (el de arriba), que nos costaron un pastizal en entradas, pero realmente merece la pena ver. Algunos facsímiles de textos de 1000 años, algún cartel protestando que los que tienen los orginales, no los sueltan, y mucho románico monacal. Precioso. Suso, pues, ya poco queda. Incluso arquerías sobrepasadas de los pocos vestigios de arte mozárabe que queda en pie.
Ya era la hora de comer, y Emilio "sabía de un sitio". Y llegamos al sitio, en Nájera...y realmente fuera de lo normal. Un sitio de menú, de comer, de toda la vida, pero realmente excepcional.
Por la tarde, un poco de monasterio de Nájera y llegamos al camping para hacer la cena. Un poco de juegos, y el tiempo, pese a ser bueno, no da tiempo para mucho más.
Al día siguiente, decidimos que ya era mucho tiempo en el mismo sitio, así que levantamos las patitas, y nos fuimos a Villoslada de Cameros, en donde nos estaban esperando ya. También check-in sin prisas ni problemas. Emilio y Bea se quedaron sin gas,...y nosotros también. Bueno, sobreviviremos con los calefactores eléctricos.

Día siguiente, día de patear un poco el monte. Con el track cargado en el Orux, nos vamos. Pal y pal. Pal y pal. Y 22000 pales después, llegamos de nuevo al camping. Mucho y muy bueno para patear, casi siempre al lado del río. Genial. Casi 15km, y los chiquis aguantan como jabatos. Cansados. Cerveza y barbacoa. Venga grasa porcina, que hay que darle calor. Neandertal. Mucha birra. Gran compañía. ¡Genial!

Visitamos la Catedral con su gótico bien hermoso, y nos vamos. Llegamos a casa muy cansados, pero llenos de experiencias.
Una excursión redonda.