Que nunca quiten Arévalo de mi corona. Eso dijo Isabel tras recuperar la ciudad. Y es que Arévalo bien merece una visita muy pausada. Está a una hora de casa (menos) y tiene un castillo precioso que fue un enorme silo de cereal, y es visitable por 4€ y aprenderás que hay más de 450 tipos de trigo y todos están expuestos allí, en una vitrina que es única en Europa.
También tiene dos, tres, cuatro iglesias que han pasado por muchas vicisitudes, sin duda, pero que tienen un cierne mudéjar innegable. Muy bonitas
El frío respetó.
Arévalo es una ciudad bastante grande, muy castellana. Como era Isabel. Austera y recia. Y Juan II, su padre, otro tipo también muy recio. Allí montó, en plena reconquista su palacio real, en lo que hoy es una plaza muy bonita, en donde hay una estatua de Isabel en una de sus puertas.
Dormimos en donde el castillo que es un FurgoPerfecto y no nos molestó nadie. Fresco castellano, pero con la calefacción todo fue maravilloso.